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Todo lo que tienes que saber sobre un documento contractual

El Contrato como documento – Pero no un simple documento

Los contratos son acuerdos dirigidos principalmente a crear obligaciones entre sus partes. Aunque jurídicamente no suele ser exigido, en la práctica comercial la mayoría de estos acuerdos se plasman en documentos.

Pero los contratos no pueden tratarse como un documento más. Estos son el motor de cualquier empresa y permiten la transferencia de bienes y servicios. Dependiendo de la forma en que se gestionen, los contratos y los documentos donde ellos constan pueden ser una fuente de ventajas competitivas o una fuente importante de riesgos. Dadas sus implicaciones jurídicas y comerciales, estos documentos merecen una gestión especial, que considere su contenido.

Los componentes del documento contractual.

En Legal AI queremos que entiendas mejor cómo suelen estar compuestos los documentos contractuales y la relevancia de cada una de sus partes.

Por analogía al cuerpo humano, un documento contractual puede dividirse en cuatro secciones. Tres visibles y una invisible, pero de fundamental importancia:

  1. La cabeza: piensa en la cabeza como la parte inicial o introductoria del documento contractual. Es la sección que prepara el escenario e introduce a las partes o personajes del acuerdo. Suele incluir el título del documento, las partes y el preámbulo, consideraciones o antecedentes.
  2. El tronco: una vez identificadas las partes y preparado el escenario, el documento contractual suele contener todo un clausulado, que describirá principalmente los bienes y servicios que deberán ser intercambiados, los tiempos y las consecuencias del incumplimiento o de otros eventos que puedan frustrar el propósito contractual. Acá seguramente destinarás la mayor parte del tiempo de redacción y revisión del documento
  3. Las piernas: En señal de aceptación al clausulado, el documento contractual contiene las firmas de las partes o sus representantes. Además, algunos contratos contienen anexos, particularmente útiles para profundizar en temas de especial complejidad. Pero el cuerpo, así como un contrato, no podría estar completo sin un elemento fundamental que lo soporta, aun cuando no pueda apreciarse a simple vista. Un contrato va mucho más allá de lo que se ve en el respectivo documento. Nos referimos al esqueleto.
  4. El esqueleto: representa el marco normativo sustancial y procesal. Las normas sustanciales limitan y complementan el acuerdo plasmado en el documento contractual, además de establecer sus consecuencias jurídicas, que con frecuencia no pueden dimensionarse con una simple lectura del documento. Por su parte, las normas procesales establecen cómo pueden hacerse valer los derechos derivados de lo acordado y de esas normas sustanciales.

 

  1. Cabeza: títulos, partes, preámbulos o consideraciones y antecedentes.
  2. Tronco: obligaciones principales y accesorias, tiempos, responsabilidades y riesgos.
  3. Pies: las firmas de las partes, o de sus representantes, y los anexos.
  4. Esqueleto: marco normativo sustancial y procesal.

 

La gestión de los documentos contractuales merece más que un simple gestor documental.

Las particularidades en su estructura, contenido y consecuencias ameritan el uso de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, considerando en todo caso el esqueleto o marco normativo. Legal AI combina el conocimiento jurídico con estas nuevas tecnologías para potencializar la gestión de documentos contractuales, ahorrando tiempo y seguridad jurídica durante el proceso.

Si buscas un aliado para tus procesos contractuales, conoce más de lo que Legal AI puede hacer por ti.